jueves, 25 de febrero de 2010

El cochino de mi vida y de la de mi primo

La caza tiene estas cosas. Montería en Negredo (Guadalajara) cerca de mi pueblo natal, Bujalaro. La organiza Carlos Álvarez, el de La Bujeda, que tienen arrendados estos términos de corzos y cochinos. Lo hace con la eficacia y la afición que acostumbra. Amigos ante todo. Sabe que hay guarros grandes en la mancha. La mañana es gélida. Más frío que Dios talento.

Mi primo Fran Burgos es mi postor. No colocamos cerca el uno del otro. En un sopié. Los perros van por arriba , entre otros los de Gandarillas que conoce muy bien estos pagos. Pasan. Baja algún corzo. Hay que saber aguardar. Los jabalíes viejos hacen su jugada, se hurtan de las rehalas se descuelgan por la ladera y se vuelven.

Tira Fran, una ,dos , tres veces. Silencio y después de unos segundos , ha recargado, un nuevo tiro hacía mi dirección. Estoy en tensión y entonces aparece al galope la mole. Es un bicho, Lo meto en el visor, disparo y el jabalí cae. Pero aún se levanta, avanza hacía unos chaparros. Vuelvo a disparar y esta vez se desploma fulminado . Patalea y muere. Llamo a Fran por el móvil. No hay cobertura. Me acerco al guarro. Un tiro esta en toda la paleta. Un tiro definitivo, desde luego. Lo contemplo. Observo que además de ese tiene otro. Un tiro en la pezuña delantera que le ha roto el final de la mano. El lance ha sido fantástico . He disparado a unos 70 metros, he mantenido la calma y el jabalí es un machazo con una boca soberbia. Es el jabalí de mi vida.

Vuelvo a llamar a Fran. Nada. Pero a poco lo veo que aparece. Viene hacía mi y yo salgo alborozado a su encuentro . Le digo. “¡Ahí lo tenemos!”. Nos abrazamos como críos. Estamos felices. Y le digo: “Puede que tengas algo que ver. Ven. Tiene un tiro en una pezuña. Puede ser de los tuyos”. Nos echamos a reír. Nos da igual. Lo tenemos. En otro lugar, otro momento, un lance como este puede acabar en una broca de las gordas. Aquí no. Aunque no falta quien malmeta. Pero Fran y yo, brindamos con un buen vino que estaba reservado para una ocasión así. Seguimos la senda en la dirección que ha traído y me enseña donde ha tirado. No encontramos sangre. Porque no la buscamos. El último tiro suyo puede ser tal vez el que le tocara, aunque se hace un poco raro con el animal de culo. Pero lo cierto es que se rebajó y es cuando entro en mi radio de tiro. Puede ser uno anterior o puede ser hasta mío.

Nosotros ya tenemos decisión. Tiene una cabeza espectacular, con el pelaje de invierno. Me la haré y sacaremos tablilla y copia. Tendremos el cochino los dos. El cochino de nuestra vida, de mi primo más joven en esto de la caza, corazón de los nobles donde los haya y mío, compartido. Como tengo yo un corzo con los dos nombres, aunque yo a ese hice poco más que asustarlo.

En la junta, claro, tenemos que aguantar él y yo más de una broma, hasta que Fran se arremanga, coje los trastos y en un pis- pas tiene desollada la parte delante de cochino y demuestra lo que es un buen montero.
La batida ha acabado siendo un éxito. Hay otro macareno quizás tan bueno como el nuestro. Es de Angel, otro cazador afincado por matrimonio en Bujalaro. El “Aguacil” de Albalate no podía fallar a su fama y su potra. Dos. Uno de ello un machete de tablilla. Y hasta una montera guapa, Patricia Pérez, que mata su primer cochino. Hay tentaciones de novia pero no es la primera res y alguno tiene que aguantarse. Me vuelvo para Madrid pensando. Menos mal que era Fran. Y Fran pensando. Menos mal que era Chani. Si no a lo mejor aún estábamos en el monte. Por ejemplo yo buscando como fuera una gota de sangre para demostrar que el tiro de la pezuña era el suyo. O al revés el aseverando que fue el primero de los míos el que le dio ahí y por eso tropezó y cayó el cochino.
Al día siguiente tomamos una nueva decisión. Siempre que podamos lo tenemos claro. El otro en el puesto de al lado. Y esta primavera a ver si soy yo el que le regala un corzo que él no haya más que espantado. O como mucho que le haya dado en los cascabeles.

2 comentarios:

  1. ¿Es usted el Dr. Pérez Henares?. Creo que lo conozco.

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  2. Sencillamente magico. Me ha emocionado el relato contado por su querido perro. Tiene usted una prosa enriquecedora y sensible, y denota por todos los costados el profundo amor que sentia por su perro. Soy un gran amante de los animales, y circunstancias de la vida no me han dejado tener un perro. Pero tengo un gato precioso que, sin llegar a la fidelidad y calma de los perros, tambien me mira con esa cara que refleja una mezcla entre extrañeza e indignación porque me voy, cierro la puerta y no sabe cuando volvere...o si lo sabe, porque cuando regreso de trabajar ya esta puesta al lado de la puerta con su pelotita de papel de aluminio, esperando que haga acto de presencia y juegue con ella. Me saluda todos los dias con un tierno maullido y me roza con su naricita humeda la mejilla, otorgandome a su manera un beso de bienvenida (tengo que reconocer que la primera vez que me lo hizo se me saltaron las lágrimas de la emocion).
    Enhorabuena por su libro, lamento mucho la perdida de su buen animal, pero seguro que desde ese cielo perruno del que el habla, le estará viendo y estara orgulloso de usted.
    Reciba un cordial saludo desde Pamplona
    Alberto Rodriguez

    PD. Le dejo un enlace a mi galeria de ilustraciones animales. Ahi entenderá mi pasion por la fauna y los perros.

    elpintordeanimales.spaces.live.com

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